5 razones por las que una placa de inducción es mejor que una vitrocerámica

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Las placas de inducción son la última tecnología que llegó a las cocinas de los hogares. Se trata de un sistema que emplea la electricidad para cocinar los alimentos, pero no todo el mundo las conoce en detalle.

Si estás mirando cocinas de inducción y no sabes cual elegir, aquí tienes una fantástica guía de compra. Pero si aún dudas entre una placa de inducción o una vitrocerámica, no te pierdas el contenido de este artículo.

Placas de inducción y vitrocerámica: aprende a identificarlas

Es común confundir ambas tecnologías, pues el aspecto exterior es realmente parecido entre ellas. En ambos casos tenemos un cristal como parte visible, sobre el que se marcan una serie de círculos para indicar la zona de acción.

El problema es el siguiente: los diferentes elementos se encuentran ocultos bajo el cristal, lo que dificulta su identificación.

Por suerte hay dos aspectos que nos permitirá reconocer cada una de ellas:

  • La resistencia: si al encender la cocina se aprecia un círculo rojo es que se trata de una vitrocerámica. Esta tecnología utiliza una resistencia eléctrica que al calentarse adquiere este color tan característico.
  • Texto identificativo: cuando se trata de una placa de inducción aparecerá la palabra «inducción» o «induction» en algún punto de su superficie.

Ahora que ya tenemos claro cómo diferenciar una cocina de inducción de una vitrocerámica vamos a ver las ventajas de la primera.

Ventajas de las placas de inducción

Ventajas de las placas de inducción

Aquí tienes las cinco principales ventajas de este sistema.

1. Eficiencia energética

Si hay una característica que destaca por encima del resto es la eficiencia energética. Se trata de la gran ventaja de las placas de inducción, ya que su funcionamiento permite cocinar empleando una cantidad de electricidad mínima.

Mientras que la vitrocerámica calienta una resistencia eléctrica para transmitir ese calor a la base de la sartén, la cocina de inducción calienta directamente la base metálica de la cazuela o sartén.

Es un sistema un poco complejo de entender, pero lo que hace es utilizar un campo ferromagnético para que el calor se produzca en el metal que está apoyado sobre la placa. La cocina de inducción no se calienta como tal.

Es por esto que no todas las baterías de cocina son aptas para la inducción. Es necesario que tengan una base ferromagnética. De esta manera podrán responder a este campo generado por la placa.

Se trata del sistema más eficiente y por lo tanto el más económico. Con esta tecnología las pérdidas de energía se reducen hasta casi extinguirse.

2. Velocidad de cocción

Al generarse el calor directamente en la base de la sartén el tiempo en el que se empiezan a cocinar los alimentos es mucho menor.

Con la vitrocerámica primero se tiene que calentar la resistencia, después atravesar la capa de vidrio para finalmente empezar a calentar la base de la cazuela.

Cuando cocinas con una placa de inducción el tiempo de espera se reduce enormemente. Pasarás menos tiempo en la cocina preparando tus platos.

3. Seguridad

Cuando apagas una vitrocerámica la resistencia deja de estar al rojo vivo, pero hasta que no pasa un tiempo no se puede tocar su superficie. Ha alcanzado una temperatura tan alta que resulta peligroso tocar el vidrio tras cocinar.

En la cocina de inducción el único calor que queda tras cocinar es el que transfiere la base de la sartén al vidrio, por lo que el tiempo que hay que esperar hasta que se pueda tocar es mucho menor.

Con este sistema se gana en seguridad, ya que el riesgo de quemaduras es muchísimo menor. Esto es ideal si hay niños en la casa.

4. Limpieza

Es común encontrarse en las vitrocerámicas restos de alimentos pegados y requemados en su superficie. Cuando se cae un poco de salsa o salta algo de aceite acaba quemándose al entrar en contacto con el vidrio.

Con las concinas de inducción esto apenas se produce. Al caerse los alimentos sobre la superficie no se queman, y retirarlos será mucho más fácil.

Además, al no calentarse tanto como la vitrocerámica, podrás pasar una bayeta nada más terminar de cocinar. Así evitarás que se sequen y se endurezcan. El proceso de limpieza es mucho más sencillo.

5. Comodidad

¿Has escuchado alguna vez que la base de la sartén debe ser mayor a la del fuego? Bueno, pues en el caso de la inducción esto no es importante.

Al calentar a través de un campo electromagnético el calor se genera únicamente en los elementos metálicos, por lo que te servirá cualquier sartén o cazuela.

No necesitarás ajustar el tamaño para evitar las pérdidas de calor. Podrás elegir la que tengas a mano, sin tener que preocuparte de nada más.

Diferencia entra inducción y vitrocerámica

Conocer las diferencias entre un sistema de cocina y otro es importante. Lo cierto es que las placas de inducción han supuesto un gran avance, y si quieres conocer más sobre ellas puedes pasarte por el portal Hogar Inducción.

No solo ahorrarás dinero en tu día a día, sino que también verás como cocinar es una tarea mucho más cómoda. Si pasas tiempo en la cocina y no tienes una deberá ser el primer cambio que hagas.

Ya verás como con el paso del tiempo te acostumbras a ella y sabrás que fue una buena decisión.

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