Cuando ves que el lavabo o el fregadero de tu casa empieza a tragar más lento ya puedes intuir que se va a acabar atascando. Esta situación es muy común, ya que al tener tanto uso tienden a atascarse con el paso del tiempo.
Ya sean pelos nuestros, restos sólidos que se cuelan por el desagüe, jabón… todo contribuye a que acabe formándose un tapón que al final no dejará pasar nada de agua.
Tanto si estás en esa fase inicial en la que traga más lento como si ya está completamente obstruido aquí tienes 5 formas para acabar con este problema.
Índice
1. Desatascador manual de émbolo
La opción clásica. Un desatascador manual de fuelle suele ser bastante eficaz. No hace falta que esperes a que se atasque por completo, con que empieces a ver el problema podrás utilizarlo.
Para usarlo correctamente cubre de agua el lavabo o el fregadero e introduce el desatascador. Lo mejor es que alguien te ayude a tapar el agujero de desbordamiento, o utiliza un tapón para que no pase el aire.
Haz fuerza hacia dentro y hacia fuera y repite el movimiento varias veces. Si el problema persiste vuelve a hacer el proceso. Al final conseguirás que el tapón se diluya y acabe desapareciendo.
2. Serpiente de drenaje
Se trata de una tira alargada de plástico o de acero con dientes en los lados. Es realmente sencillo de usar: introduce la serpiente por el desagüe hasta el fondo y sácala.
Con ella saldrán los pelos y los elementos sólidos que formaban el tapón. Puede resultar desagradable si había mucho sedimento acumulado pero es realmente eficaz.
Al ser flexible avanzará por la tubería aunque sea curva. Además, al tener una longitud de 50 o 60 cm llegará bastante lejos por la tubería por lo que te aseguras quitar el tapón aunque esté muy al fondo.
Es más efectivo que el desatascador manual del émbolo, ya que entra en contacto directo con el tapón de la tubería.
3. Vigila el agujero de desbordamiento
Tanto en los lavabos como en los fregaderos hay un agujero que actúa como prevención para posibles desbordamientos. Se trata de una abertura por la que se evacuará el agua en caso de que se llene para evitar que el agua caiga al suelo.
Además de esta función sirve también para que entre el aire una vez comienza a desaguarse un lavabo que está lleno. Es como vaciar una botella de plástico, si le haces un agujero en la parte opuesta a la boca saldrá el líquido mucho más rápido.
El problema es que a veces este agujero también se atasca por acumulación de suciedad. Si ves que tu fregadero se drena más lento de lo normal comprueba esta zona y procede a limpiarla.
4. Utiliza un desatascador líquido
Tanto el desatascador de émbolo como la serpiente de drenaje son herramientas que te ayudarán a quitar estos tapones, pero también tienes en supermercados desatascadores líquidos.
Para usar estos productos conviene leerse las instrucciones de uso. Hay algunos que necesitarán toda la noche para actuar, pero en otros bastará con 15 minutos.
Para evitar males mayores lee la etiqueta y sigue los pasos que te indica. Es una buena solución para quien no quiera mancharse las manos o para aquellos casos en los que lo demás ha fallado.
5. Limpiador de drenaje casero
¿Tienes una urgencia en el lavabo y no dispones de ninguna de las herramientas anteriores? No te preocupes, puedes fabricar tu propio desatascador con productos que tienes en la cocina.
Para hacerlo necesitarás bicarbonato y vinagre. Con la ayuda de una cuchara pequeña introduce el bicarbonato por el desagüe. Puedes probar primero con menos cantidad y si luego lo necesitas repetir el proceso con más bicarbonato.
Tras introducir el bicarbonato vierte un chorro de vinagre. Verás entonces como empieza a surgir una espuma. Deja que actúa durante un cuarto de hora y procede a eliminar la mezcla abriendo el grifo del agua caliente.
No será tan efectivo como los otros procedimientos pero te puedes salvar de un apuro.
Es importante que cuando empieces a detectar el atasco actúes sobre él. Si bien es cierto que no se convertirá en un gran problema, reaccionar a tiempo hará que sea una tarea más sencilla.