La calefacción por gasoil conlleva ciertas ventajas: no necesitas tener acceso a gas natural canalizado, puedes llenar el depósito para varios meses, calienta el hogar de manera rápida y eficaz… Pero hay un aspecto que debemos controlar para no pagar en exceso: el consumo.
Si no prestas atención a algunos detalles obtendrás un consumo de combustible más alto de lo normal. Y este aumento de combustible te supondrá un incremento en las facturas energéticas.
Para conseguir ahorrar en este punto te he preparado 6 aspectos clave. Si los sigues reducirás el gasto en gasoil. Vamos a repasarlos uno a uno.
Índice
1. Llenar el depósito cuando los precios caen
¿El precio de los combustibles han bajado? Entonces es el mejor momento para rellenar los depósitos de gasoil.
En la actualidad, debido a la pandemia que estamos viviendo, los precios de los diferentes combustibles se han desplomado.
Hay menos vuelos comerciales, muchas industrias han parado, los desplazamientos en coche han disminuido enormemente…
Por eso ahora es un buen momento para llenar un depósito de gasoil. Tendrás combustible durante meses y lo habrás pagado al precio más bajo posible.
Intenta prever también estos momentos de precios bajos en los próximos años. Hay comparadores que te muestran el precio del gasoil con el paso del tiempo. Cuando detectes que ha disminuido aprovecha para llenar tu depósito.
Aunque no tengas en ese momento la necesidad, si el precio ha bajado lo suficiente te merecerá la pena adelantarte.
2. Mejorar el aislamiento de la vivienda
La caldera de gasoil es la encargada de impulsar el agua caliente por toda la vivienda, pero a través de las paredes y las ventanas del hogar se acabará escapando buena parte de calor.
Esto provocará que la caldera necesite volver a activarse para compensar esas pérdidas de energía, aumentando el consumo de comubstible.
Para evitar esto deberás mejorar el aislamiento de tu vivienda. Las mejoras se deberán realizar sobre las paredes, ventanas, puertas y tejado, así como cualquier otro cerramiento que no esté bien asilado.
Se trata de un proceso lento y que requerirá una inversión inicial moderada, pero es una apuesta a largo plazo que te acabará compensando económicamente.
3. Establecer una temperatura de impulsión del agua moderada
¿Sabías que cuanto más alta es la temperatura del agua que sale de la caldera mayores son las pérdidas?
Esto se debe a que el circuito de calefacción dispone de tuberías que llevan el agua caliente hasta los radiadores. Estas tuberías durante su camino transcurren por el interior de las paredes, emitiendo calor que no se aprovecha.
Si la temperatura del agua es muy alta habrá una parte del calor que se pierda en ese camino. Para ello intenta no superar los 70 ºC de temperatura de impulsión. Es un gesto sencillo que no te costará nada implementar.
4. Utilizar el termostato de manera sensata
¿Es invierno y estás en manga corta en casa? Si es así estarás tirando el dinero. Establecer una temperatura para el hogar demasiado alta te supondrá un gran coste económico.
Lo ideal es que se encuentre entre 19 y 21 ºC. Con esta temperatura es suficiente para encontrarse cómodo en casa. Deberás ponerte un buen jersey y si estás en un momento de menor actividad (viendo la tv, leyendo un libro…) utiliza una manta para taparte.
Hay otro error que deberás evitar. Cuando llegas a una vivienda que lleva varios días vacía y se encuentra a una temperatura muy baja no pongas el termostato a una temperatura más elevada.
Puedes caer en el error de pensar que si lo haces se calentará más deprisa, pero no funciona así.
Lo único que puedes hacer en este caso es elevar la temperatura de impulsión del agua de la caldera, pero intenta evitarlo en la medida de lo posible.
Hay termostatos inteligentes que permiten ser controlados desde el móvil. Ésta será una buena solución, ya que podrás activar la calefacción antes de llegar al hogar.
5. Instalar válvulas termostáticas en los radiadores
Establecer zonas con diferentes temperaturas en una misma vivienda es clave para bajar el coste del uso de la calefacción.
Para ello hay una pieza que deberás instalar en cada radiador: las válvulas termostáticas. Se trata de elementos que abren o cierran el paso del agua en función de la temperatura de la estancia.
Pero no solo eso. Si hay una habitación que no tiene uso podrás cerrar la válvula termostática y asegurarte de que ese radiador permanezca siempre frío. Así no estarás calentando un lugar de la casa que nadie utiliza.
Por lo tanto, intenta seguir con los siguientes consejos:
- Estancias sin uso: válvulas cerradas
- Estancias con poco uso (bodega, trastero, buhardilla…): válvula cerrada o abierta al mínimo
- Estancias cuya actividad física sea mayor (taller, gimnasio…): válvula abierta al mínimo
- Zonas de paso (pasillos): válvula en un valor medio
- Zonas de descanso o de ocio (salón, dormitorios…): válvula abierta al máximo
Recuerda que cuando la válvula termostática esté abierta al máximo la temperatura que se alcanzará es la marcada por el termostato de la vivienda.
6. Revisar la caldera de forma periódica
No esperes a que la caldera falle para realizar la revisión. Hay medidas de mantenimiento que ayudarán a que la caldera funcione de manera óptima, consiguiendo así la máxima eficiencia.
Estos equipos son complejos y se componen de muchas piezas pequeñas. Ya sea por el polvo o por los pequeños residuos que puedan quedar tras la combustión, una limpieza de forma periódica ayudará enormemente.
De esta manera no solo estarás consiguiendo mejorar su eficiencia, sino que también evitarás posibles averías.
Por lo tanto intenta que de forma anual venga un técnico a hacer la revisión de la caldera. Intenta que sea antes de que lleguen los meses de invierno.
Calentar el hogar es uno de los gastos más grandes a los que tiene que hacer frente una familia. Se trata de una factura que se dispara cuando llegan los meses de frío, por eso es importante conocer las mejores prácticas para reducir su consumo.
Como has visto son varias las medidas que puedes implementar. Cuantas más lleves a cabo, más conseguirás ahorrar.