5 ideas para adaptar la casa a los niños


Componer una vivienda y transformarla en nuestro hogar cuando se comienza la etapa de la emancipación en pareja es, sin duda, un proceso que puede resultar emocionante.

Poco a poco, el inmueble va tomando el aspecto deseado y se va convirtiendo en ese remanso de paz que tanto se busca desde el principio hasta que, de una vez, todo queda según las preferencias, gustos y necesidades.

Sin embargo, todo puede verse alterado cuando la casa debe acoger a huéspedes tan especiales como son los hijos. Todo lo que se había conseguido puede que sea necesario revisarlo y cambiarlo.

A continuación se ofrecen 5 ideas para adaptar con éxito y facilidad la casa a los más pequeños.

La seguridad es lo primero

Que la seguridad de un inmueble es primordial lo demuestra la proliferación de pólizas como los seguros de hogar de Verti que se firman al año en España. De igual modo, hacer que la vivienda no sea un peligro para los niños es esencial. Así, elevar a lugares altos productos como los pesticidas, químicos de limpieza y demás tóxicos será imprescindible para que su curiosidad no aumente por ellos al verlos. En cuanto al mobiliario, hacerse con nuevas piezas ligeras y con esquinas redondeadas puede evitar más de un impacto que acabe irremediablemente en urgencias.

Colores inspiradores

Generalmente la búsqueda de tranquilidad y armonía que se hace cuando se compone el entorno primitivo de la casa suele desembocar en pinturas claras, suaves y elegantes. Sin embargo, esta gama puede resultar realmente tediosa para la percepción viva de los niños, por lo que en lo referente a sus habitaciones, servirse de un rango más agresivo de colores ayudará a que se sientan cómodos y encuentren en sus dormitorios un ambiente agradable y estimulante en el que pasar tiempo por propia voluntad.

Un buen equipamiento

Sin duda alguna el desarrollo físico e intelectual de los niños requiere de muchos elementos con los que interactuarán durante esta etapa. Sin embargo, uno de ellos se prolongará más que el resto incluso más allá de la adolescencia: el estudio. En efecto, ya desde los 5 o 6 años los niños suelen contar con obligaciones escolares, y es precisamente donde su hábito al estudio debe comenzar de cara al futuro. Para ello, ofrecerles en su habitación un buen equipamiento que los motive a realizar las tareas es primordial. Un buen escritorio, una silla atractiva, materiales diversos y con los que puedan experimentar, etc…

El espacio adecuado

Aunque educarlos en la necesidad de crear unos hábitos de estudio que favorezcan su evolución académica es importante, esto no es motivo para que se dejen de potenciar facetas tan esenciales como el juego y el entretenimiento, ámbitos en los que los niños desarrollan de manera natural su aprendizaje, capacidades mentales, motrices, etc… Para ello, si cabe la posibilidad de reservar una estancia destinada a estos momentos, donde pueda disponer de sus juguetes y pasatiempos favoritos, lo ideal es transformarla. Si el espacio lo impide, convertir una parte de su habitación o algún rincón de la casa en este lugar puede ser una buena alternativa.

Espacio natural

Este apartado está destinado más a viviendas que cuenten con zonas verdes como un jardín, aunque incluso los pisos pueden adaptar algunas de sus partes a espacios naturales. Así, que los pequeños entren en contacto con la naturaleza y aprendan a reconocerla resulta muy interesante para su crecimiento, ya que sabrán integrarse con ella de manera adecuada, respetándola, cuidándola y evitando el rechazo cada vez más frecuente de la población más urbanita al campo y otros lugares donde la naturaleza es protagonista.

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